El Jefe de Gabinete sostuvo que el rodeo de ganado vacuno se encuentra estancado desde 1976, año en el que alcanzó un pico de 61 millones de cabezas, en una serie que se inició en 1875. Precisó que el gobierno dialoga permanentemente con la cadena de la carne y que la solución para los precios internos pasa por la articulación entre mercado externo e interno.
Durante su participación en el Senado de la Nación este miércoles, el Jefe de Gabinete de Ministros (JGM), Jorge Capitanich, se refirió a las existencias ganaderas al ser consultado por la senadora de San Luis, Liliana Negre, centrada en la caída de exportaciones y de stock de hacienda.
El Jefe de Ministros apeló a un gráfico con datos oficiales (se presume) que mostraba una curva creciente con una serie iniciada en 1875 hasta 2013. Capitanich mostró que desde el inicio de la curva en el siglo XIX hasta 1976 el stock de hacienda pasó de 12 a 61 millones de cabezas.
Pero a partir de entonces, aún con el gobierno de la dictadura militar que “la Sociedad Rural celebró con una solicitada el 24 de marzo de 1977” y que aplicaba las políticas ganaderas de la entidad, el rodeo nacional no volvió a crecer.
De allí el JGM aseguró que las medidas que propone la entidad ganadera, aplicadas entonces, no son garantía de que se eleve el stock. Al mismo tiempo remarcó que hasta 1983 el rodeo disminuyó a 41 millones de cabezas, sugiriendo que ése y no otro fue el resultado de la política ganadera de aquellos años.
Desde el piso de 41 millones de cabezas, el stock vacuno nacional se mantuvo en una franja de entre 46 y 57 millones de cabezas, con fluctuaciones anuales, pero con una tendencia de estancamiento que se aprecia en la curva.
Para los últimos 12 años, Capitaich remarcó el incremento de la superficie sembrada que pasó de 26 a 35 millones de hectáreas, con el consecuente desplazamiento de la ganadería a provincias antes “marginales” como Chaco, Formosa, Salta, Misiones.
El Jefe de ministros enmarcó el tema ganadero en el mayor consumo nacional de proteínas cárnicas que entre la vacuna, la porcina y aviar ronda los 115kg por habitante al año. Ello se debió principalmente, dijo, al fuerte incremento en el consumo de carnes alternativas como pollo y cerdo, que pasó de 20 a 40kg por habitante, y de 4 a 11kg por habitante, respectivamente.
Ahora “estamos en diálogo permanente con la cadena de la carnes” aseguró Capitanich en la búsqueda de una mejor articulación entre el sector exportador y el consumo interno, en ese punto remarcó que la exportación pasó de representar el 20% de la faena nacional a solamente el 7%.
En esa línea el JGM ratificó lo que se viene haciendo en materia de políticas de ganadería vacuna con el desafío de producir en zonas antes consideradas no aptas (NOA, NEA) que además producen la hacienda lejos de los frigoríficos exportadores ubicados en las zonas de la región Pampeana, donde el proceso de agriculturización y desplazamiento ganadero fue mayo.
Fuente: El Enfiteuta.