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Macho entero joven

Publicado por Unknown el 30/10/13 a las 4:24 p.m.

Entrar al feedlot de Proteco S.A depara algunas sorpresas. En principio, no todos los animales en engorde han sido castrados. Víctor Tonelli, de larga trayectoria en lo inherente al manejo y comercialización de hacienda, ofreció los detalles del engorde del denominado Macho Entero Joven (MEJ) e incluso se refirió a algunos preconceptos que generan ruido para los minoristas.

ENTERO

“El MEJ es una categoría en la que se capitalizan los beneficios de la testosterona, ya que gracias a ella el animal no castrado deposita más músculo y menos grasa en el mismo tiempo que un novillo capado”, enfatizó el especialista. Tonelli, que se encargó de recriar a campo los animales utilizados para la demostración realiza da junto con el fideicomiso El Entrevero, el propio Proteco y el frigorífico Amancay, asegura que el objetivo es producir más carne con menos alimento, en un lapso más breve, con mayor rendimiento carnicero e igual calidad que los novillos/novillitos castrados, según el peso de faena y el objetivo de mercado. “La hormona masculina que se encuentra en los testículos se encarga de apalancar la ganancia de peso y mejorar la relación músculo/grasa”, asegura Víctor.

Durante el proceso de faena del MEJ, idéntico al de un animal castrado, se visualiza inmediatamente una musculatura uniforme y la grasa de color blanco, a diferencia de un castrado en que esta característica se observa 48 horas después del sacrificio. Para esta demostración, el lote de animales de raza Hereford, careta y algunos Braford, se faenó con un peso en torno de los 408 kg, con una edad menor a los 15 meses, una conformación muscular grado J, y un rendimiento de la media res de 120 kg, todo un logro para estos productores.

Tonelli destacó la importancia de encontrarle un nicho al MEJ, que en principio se está engordando para el mercado interno, para luego poder ubicarlo en el exterior. Es el tercer año que está recriando animales enteros, y asegura que no existen diferencias en el trato con un lote de castrados. Es decir, hay que manejarse en un ambiente tranquilo, sin perros ni gritos; solo corresponde ser más cuidadosos al momento de ubicarlos cerca de las vaquillonas en celo. También conviene separar del resto a aquellos machos que pueden ser problemáticos.

Es posible pensar en animales con 20 meses de edad y una ganancia diaria de peso de 0,7 kg/día como objetivo de la recría, para poder llegar al peso que se pretende en el menor tiempo posible. Siempre hay que tener en cuenta la uniformidad de la tropa; no deben existir diferencias notorias en edad, tamaño y dominancia. “Podemos encerrar británicos con 180- 190 kg y sacarlos con 350 kg; si los encerramos con un peso intermedio de 260 a 290 kg se terminan con 420-430 kg, como es mi caso; y si queremos animales de exportación entrarán con 330 kg para faenarlos con 470-480 kg, sin exceso de grasa”, recalcó Tonelli.

¿QUÉ PUEDO GANAR?

Claro, al productor le interesan los beneficios económicos de incluir estos animales en su planteo ganadero. Tonelli tomó el toro por las astas y puso en blanco sobre negro este tema. “En condiciones de ensayo, con 142 días de recría los MEJ lograron una ganancia diaria de 771 g, mientras que los castrados sumaron 0,6 kg/día; se puede medir como un plus del 20% en la ganancia diaria, menos tiempo en el campo, o menos carga”, avisó. Esto se visualiza perfectamente en los números, ya que descontando los gastos normales de la actividad –alimentación, arrendamiento del campo– se obtuvieron aproximadamente $/cabeza 100 adicionales, un resultado mas que importante para el criador.

“En el corral los números del MEJ son impactantes –dice Víctor–: 1,7 kg de ganancia diaria versus 1,48 kg para edades similares, es decir que está arriba en un 15%, más un 18% de mejora en la eficiencia de conversión, con valores de 5,1 kg para los MEJ y 6,2 kg para los castrados, lo que implica menos días de encierre (15% de mejora). Gracias a este planteo el productor ganadero obtiene una mejora del margen neto final de entre el 60 y el 80%, con un valor aproximado de $ 170 extra al cerrar el circuito.

Para concluir su disertación Tonelli indicó que, a pesar de que los números son relativos debido al desbaste, en el lote testeado se obtuvo un rendimiento de 71,4% para el MEJ sobre un 67,4% para el novillo castrado, es decir una mejora del rendimiento carnicero del 4%. “Sin embargo, lo mejor llega al darle valor a cada uno de los cortes, ya que la diferencia se observa en los más buscados, en que los márgenes netos se incrementan en un 50%”.

MÁS CARNE

De la reunión participaron asimismo Daniel Manzanelli y Oscar Ferrero, gerente de Ganadería y responsable de todo lo que concierne a la nutrición de la hacienda dentro del grupo Marfrig, respectivamente. Ambos profesionales trabajan con MEJ, y relataron su experiencia, vinculada con el objetivo de determinar cómo elevar la cantidad de carne disponible para el consumo interno y la exportación.

Mediante sucesivas investigaciones estudiaron de qué manera mejorar la performance de los feedlots incorporando un mayor número de cabezas a la cadena, e incluso al overo, ya que el frigorífico con el que trabajaron faena machos Holando Argentino.

Se midieron diversas variables como eficiencia de conversión, ganancia diaria y edad por dentición, uno de los determinantes de esta categoría, entre otros. De esta forma se pusieron a prueba machos Holando Argentino, Braford y británicos, destetados en la misma fecha y con similar peso de encierre (250 kg). “En el caso del Holando trabajar con MEJ mejoró la ganancia diaria en un 23%, y la eficiencia de conversión en un 44%, producto de una relación 5.14 a 1”, explicó Manzanelli. Algo similar ocurrió con el Braford, aunque el beneficio, al igual que en el caso de los británicos, fue algo menor pero siempre significativo.

Algo para destacar fueron las edades y los pesos de faena. Los Holando llegaron con 22 meses, los Braford con 13 meses y los británicos con 15 meses, todos con peso de exportación. A su vez los resultados se observaron no solo en la recría, sino a la hora de faenarlos, ya que el Holando obtuvo un rendimiento de faena del 55%, con un peso promedio de 129 kg (media res), grasa tipo 1 y tipificación U. Para Braford fue mucho mejor, ya que se logró una media de res de 138 kg con rendimiento promedio de 60%, grasa tipo 2 y tipificación J y JJ. Asimismo se observan resultados a favor del MEJ para las tres razas en cuanto a rendimiento de cuero y una disminución significativa de la relación grasa comestible/ incomestible y la proporción de hueso.

Finalmente, Ferrero ponderó las ventajas del MEJ respecto del novillo castrado, ya que permite manejarse con mayor flexibilidad ante disminuciones de precio, debido a que es un animal que no se pasa con tanta facilidad.

“Cuando se termina, el novillo castrado hay que venderlo, ya que de otra forma empieza a deponer grasa a un costo tres veces más oneroso que un kilo de carne, lo cual deteriora la curva de eficiencia de conversión. Como contrapartida el MEJ no depone fácilmente grasa, por lo que es muy raro encontrar animales con grasa tipo 2 o 3, debido a la testoterona”.

Revista Chacra

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