En la primera parte de estas dos entradas sobre bienestar animal haremos una introducción acerca del bienestar animal y como tratar al ganado sin violencia.
El maltrato animal es uno de esos lujos de la ganadería Argentina que no podemos permitirnos ya que nuestros competidores han dejado atras este tema.
El comportamiento bovino es previsible cuando se usa la cabeza y no la fuerza bruta.
Los cambios necesarios para aplicar esta técnica es de costo cero, pero son pocos los empresarios dispuestos a imponer este cambio a sus empleados.
Los hábitos de maltrato responden a una idea en común: "los animales son brutos y hay que manejarlos por la fuerza".
La agresión incluye desde el ataque físico, como el acoso de los perros, la paleteada, los azotes o la picaneada, hasta la presión psicológica, como los gritos, el avispamiento, el acoso o incluso la mala actitud frente a los animales.
Un empleado que tiene mala onda, pone nervioso a los animales con el solo hecho de estar presente.
La hacienda no responde al maltrato y si responde si se le impone respeto, que es diferente.
La solución a este mal hábito es sencilla: hay que alejar del trabajo a quienes sean agresivos y no aceptan cambiar de actitud.
En tanto la respuesta positiva de la hacienda es casi instantánea.
