Analizaremos que es este virus y como afecta al ganado a la hora de la reproducción.
Este herpes es causa de varias formas clínicas de enfermedad. Hay una forma respiratoria, una conjuntival, la forma encefalítica, y las formas genital y abortiva.
La forma genital en la hembra se caracteriza por la aparición de pústulas vulvares a veces muy numerosas y confluentes, lo que le da el nombre de vulvovaginitis pustular infecciosa, con secreción vaginal escasa, elevación y movimiento de la cola, polaquiuria e hiperemia de la mucosa vulvar. Esta forma puede afectar al útero y predisponer a la infección bacteriana secundaria que da por resultado una metritis y un período de infertilidad transitorio.
El virus del IBR ha demostrando tener una gran uniformidad antigénica entre las distintas cepas aisladas de los diferentes cuadros clínicos. Esto hace que la prevención de esta enfermedad se puede realizar por medio de la vacunación.
Las vacunas a virus muertos son muy seguras, se pueden aplicar en vacas preñadas y con el agregado de adyuvante oleoso se puede prolongar su efectividad.
Las vacunas a virus vivos y/o virus vivos modificados no están permitidos en nuestro país, y si bien,tienen la ventaja de ser aplicadas una sola vez en la vida, no pueden aplicarse en vacas preñadas, pueden producir síntomas respiratorios y los animales vacunados pueden eliminar el virus al medio ambiente.
En caso de problemas reproductivos y abortos, lo ideal es vacunar 2 meses antes del servicio con doble dosis, la segunda a los 30 días después de la primera y repetir un refuerzo anual. Por supuesto antes que nada hay que diagnosticar la enfermedad con el veterinario.