Luego de su esplendor a fines de los '90, la oleaginosa pasa hoy por un momento delicado, pero que puede revertirse ante el contexto mundial y la capacidad local.
Entre 1998 y 1999 se logró la mejor producción de Girasol en el país con algo más de 7 millones de toneladas, en más de 4 millones de hectáreas implantadas. A partir de allí la producción bajó, debido a su menor área de siembra (ver Gráfico N°1).
Gráfico N°1. Elaboración propia con datos del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
¿Por qué se
sembró menos? Se podría dividir en dos etapas diferentes, la primera, que va de
1998 a 2007, y que en su principal causa se puede encontrar un fuerte aumento
de la superficie de Soja y Maíz, desplazando al Girasol. Y la segunda, desde
2008 hasta la actualidad, en donde vuelve a bajar el promedio debido a los
Derechos de Exportación impuestos al grano y al aceite. Desde la
cadena que integra la oleaginosa (que tiene sus agregados de valor en el aceite
crudo y refinado y en la harina proteica como pellet) proponen que se recupere
terreno perdido, y se vuelva al promedio de siembra que hubo en los años
anteriores al 2008, de algo más de 2 millones de hectáreas. Para esto, muchos plantean
bajar las retenciones del 32% al 20% al grano y del 30% al 17% en aceite, y que
el Estado recupere la recaudación perdida con un incremento en la producción.
Un
dato importante a tener en cuenta, es el aumento que viene teniendo el precio
del aceite de girasol, que creció desde la campaña 2006/07 hasta el 2012 en un
100% (ver gráfico N°2), incentivación extra que podría tomarse para incrementar
su producción en el país, que en los últimos 5 años viene produciendo 1,5
millones de toneladas de aceite, en promedio.
Gráfico N°2. Elaboración propia con datos de la revista
Márgenes Agropecuarios.
Otro factor
que ha crecido es la demanda mundial, que desde 1998 al 2012 creció un 30% (ver
Gráfico N°3). En la misma cantidad de tiempo Argentina pasó de producir 6
millones de toneladas promedio (entre 1998 y el año 2000) a generar 3,5
millones de toneladas en las últimas 3 campañas, un 40% menos (Gráfico N°4).
Gráfico N° 3. Elaboración propia con datos de la Revista Márgenes Agropecuarios.

La producción de aceite de Girasol se lleva casi la totalidad de la producción local, distribuyéndose en una mitad de pequeñas y medianas empresas, con la otra mitad de mayor envergadura. Bajar las retenciones podría ayudar a que la industria
vuelva a procesar en su máximo potencial, sin tener capacidad ociosa como ha
pasado en estos últimos años, idea que iría de la mano con el plan del Ministerio
de Agricultura de fomentar el Valor Agregado en Origen. Por ejemplo, el suroeste
y sureste de la provincia de Buenos Aires son la zona de mayor producción
nacional de Girasol, aportando aproximadamente el 50% de cada campaña. Si se logra que la
intención de siembre vuelva a crecer, se podría lograr que en el Sur de la
provincia se incremente la producción y el procesado de aceites, con la
posibilidad de exportación a través de los puertos de la región.
En los últimos
años la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), se encuentra investigando y
desarrollando semillas que estabilicen y potencien los rendimientos del Girasol
en zonas semiáridas, dándole una nueva herramienta al productor a través de la
tecnología, para que incorpore a la oleaginosa dentro de su rotación.
Argentina fue por varios años el principal
productor de aceite de Girasol, siendo desplazado luego por Rusia y Ucrania
(ver Gráfico N°5). Volver a ser el líder mundial no significaría grandes
dificultades, ya que el conocimiento está, sumado esto al desarrollo genético y
con alguna medida política que incentive por parte del Gobierno (esto es lo más improbable), se
potenciaría una cadena que se dedica a agregar valor en casi la totalidad de su
producción, con todos los beneficios que ello trae.
